¡Caiga quien caiga!
POR VINICIO CASTILLO SEMAN.- La semana que recién termina nos trajo como una de las noticias principales, un enorme operativo de la Procuraduría General de la República y la DNCD, con apoyo de la DEA de Estados Unidos, contra una poderosa banda de narcotráfico.
Entre los arrestos realizados se encontró el del director de Comunidad Digna, dirigente del PRM, y han salido a relucir otras graves implicaciones de vínculos y financiación de legisladores de ese partido.
El presidente Luis Abinader, al ser abordado por los periodistas, fue claro y contundente en apoyo al Ministerio Público dejando muy en claro que “no habrían vacas sagradas, caiga quien caiga”.
Creo que la firme decisión del presidente Abinader de combatir el narco y el crimen organizado y las acciones del Ministerio Público, deben contar con el apoyo de este país, sin diferencias partidarias.
El Presidente, con esa declaración, traza la raya de Pizarro. Le envía una señal clara y contundente a la propia gente de su partido de que no intervendrá para proteger a nadie que se involucre en ese crimen de lesa humanidad.
Esa posición del presidente Abinader levantará muchas ronchas y murmuraciones en su contra. Pero lo importante es que la autoridad máxima de República Dominicana tiene línea clara, a sabiendas de que es un camino lleno de riesgos y peligros de todo género.
Del expediente judicial del denominado Operación Falcón, falta lo que considero la parte más importante: ¿Quiénes dieron protección a una estructura de narco que logró mover 10 mil kilos mensuales de drogas?
Para mover esa cantidad de drogas, que se incrementó entre 2017 y 2020, se necesitaba una estructura de poder demasiado sólida en puertos y aeropuertos de República Dominicana.
No hemos visto sometida a alguna autoridad de ese entonces, hasta ahora. Si se dejan impunes esas protecciones, en poco tiempo los que hoy están sometidos serán sustituidos por otros. La sanción de los protectores y cómplices es vital para la lucha contra el narco.
El pueblo espera una investigación profunda y justa. Y, como dice el presidente Abinader, ¡que caiga quien tenga que caer!
Quiero finalizar este artículo con un reconocimiento público a mi padre, que durante décadas advirtió, con visión preclara, todo lo que está ocurriendo con el narco en República Dominicana.
Vincho no estaba loco, ni estaba fabulando. El tiempo ha demostrado que Vincho tenía razón.